El hijo de Roberto Gómez Bolaños, conocido como Chespirito, ha hecho públicos detalles de la vida privada del creador de El Chavo del 8. En una entrevista con Mara Patricia Castañeda, Roberto Gómez Fernández compartió que su padre intentó retornar con Graciela Fernández, su primera esposa, mientras mantenía una relación con Florinda Meza.
Un matrimonio que marcó la carrera del comediógrafo
El matrimonio entre Gómez Bolaños y Graciela Fernández se celebró en 1968 y duró 21 años. Durante ese tiempo, la influencia de Graciela fue notable, no solo en el ámbito familiar, sino también en la trayectoria profesional de su esposo. Se le reconoce como la diseñadora del traje original del Chapulín Colorado, un detalle que destaca su contribución creativa en las primeras obras de Chespirito.
Conflictos que llevaron a la separación
Según el testimonio del hijo del comediógrafo, el matrimonio comenzó a deteriorarse debido al intenso ritmo de trabajo de Gómez Bolaños y sus infidelidades. La situación se agravó con la entrada de Florinda Meza en la vida del comediógrafo, quien inicialmente mostró resistencia a involucrarse sentimentalmente con él por respeto a Graciela Fernández.
Intentos de reconciliación que no prosperaron
Roberto Gómez Fernández aseguró que su padre realizó varios intentos por restablecer el matrimonio con su primera esposa, pero estos esfuerzos no lograron resultados permanentes.
“Hubo algunos regresos de mi padre a la casa, pero duraron poco y después se volvía a ir. Hubo intentos de regresar, pero, pues no, cada quien tomó su camino”
, afirmó.
Impacto en la familia y vida posterior
El productor también señaló que la separación fue difícil para todos los miembros de la familia, especialmente para sus hermanos y madre. A pesar del distanciamiento, Graciela Fernández mantuvo un rol fundamental en la crianza de sus hijos, aunque prefirió mantenerse alejada de la atención mediática que acompañó la vida de Chespirito y Florinda Meza.