La programación de WWE enfrenta serias alteraciones después de que un grupo de trabajadores del departamento de producción quedaran varados en el aeropuerto de Qatar. El motivo principal de esta situación es el cierre temporal del espacio aéreo del país, ordenado como respuesta a la creciente inestabilidad en la región del Golfo Pérsico.
Contexto geopolítico que paraliza operaciones
Según reveló Bryan Alvarez del Wrestling Observer, Qatar suspendió todas las actividades aéreas desde el lunes, siguiendo recomendaciones de seguridad provenientes de Estados Unidos y Reino Unido. Esta decisión se produce después de que fuerzas estadounidenses atacaran instalaciones nucleares en Irán, provocando una represalia mediante un lanzamiento de misiles contra una base militar estadounidense ubicada en Qatar.
Aunque no hubo pérdidas humanas, las autoridades locales implementaron medidas restrictivas preventivas. Países colindantes como Baréin, Irak y Kuwait también interrumpieron temporalmente su tráfico aéreo, complicando aún más los desplazamientos en el área.
Eventos programados continúan sin cambios
La empresa y su matriz TKO mantienen los planes originales para el evento Night of Champions en Riad, Arabia Saudí. Esta semana se presentarán Monday Night Raw desde Columbus, Ohio, y SmackDown desde Arabia Saudí el viernes.
La organización no ha emitido declaraciones oficiales sobre posibles ajustes al cronograma o alenco, aunque medios especializados como WrestleVotes reportan presiones internas para reconsiderar la celebración del espectáculo en medio de la tensión actual.
Antecedentes de complicaciones en Oriente Medio
Esta no es la primera vez que WWE enfrenta dificultades en la región. En 2019, durante el evento Crown Jewel en Arabia Saudí, más de 175 empleados permanecieron atrapados en el aeropuerto de Riad por casi un día. Aunque oficialmente se atribuyó a fallos técnicos en el avión, reportes periodísticos apuntaron a disputas financieras entre la empresa y el gobierno saudí.
Medios como Fightful y Wrestling Observer indicaron que existían deudas pendientes por parte de Arabia Saudí relacionadas con eventos anteriores. Se mencionó incluso que Vince McMahon ordenó interrumpir la transmisión del show hasta resolver dichos asuntos económicos. Mientras algunos talentos como Brock Lesnar y Hulk Hogan abandonaron el país en vuelos privados, el resto del personal permaneció en condiciones precarias sin recibir explicaciones concretas.