Exigencia y responsabilidad ante el personaje
Sandra Oh confesó que su dedicación a interpretar a Cristina Yang en ‘Grey’s Anatomy’ alcanzó niveles tan altos que se convirtió en una actriz considerada ‘difícil’ para el equipo de producción. Durante un discurso en la ceremonia de graduación del Dartmouth College, donde recibió un doctorado honorario, la actriz canadiense aseguró que sentía una profunda responsabilidad hacia su personaje, lo que la llevaba a confrontar directamente a los guionistas cuando algo no parecía auténtico.
“Me exigía mucho a mí misma y también a los escritores. Si algo me molestaba en un guion, peleaba por lo que sentía que era lo correcto para Cristina, porque me sentía responsable por ella”, declaró.
Conflictos creativos y figura mediadora
El nivel de exigencia provocó que en el set se designara a un integrante específico del equipo para gestionar las discrepancias con la actriz. “Tenían a un Sandra whisperer en el equipo. Alguien cuyo único trabajo era venir a hablar conmigo”, recordó entre risas.
Las tensiones llegaron incluso a confrontaciones directas con Shonda Rhimes, creadora de la serie, quien en una ocasión le dijo: “Sandra, ya hemos estado aquí antes. Tienes que confiar en mí. Algo saldrá si simplemente dices las malditas palabras”, afirmación que marcó profundamente a la intérprete.
Legado y posibilidad de retorno
Esta actitud, aunque generó roces, contribuyó a consolidar a Cristina Yang como uno de los personajes más emblemáticos de la historia de la televisión. Oh permaneció en la serie desde 2005 hasta 2014, recibiendo reconocimientos como un Globo de Oro y premios del Sindicato de Actores.
Actualmente, aunque la actriz ha reiterado que no tiene planes de regresar al universo de ‘Grey’s Anatomy’, dejó entreabierta la posibilidad: “Durante mucho tiempo fue un no rotundo. Y ahora… no lo sé. No siento la necesidad de volver, pero también entiendo profundamente el amor del público por este personaje”.
Aprendizaje a través de la incomodidad
Entre reflexiones sobre su trayectoria, Oh destacó la importancia de enfrentar situaciones incómodas como fuente de crecimiento profesional. “Nada me ha enseñado más que estar con la incomodidad. Puede ser nuestra mayor oportunidad de aprendizaje… y también es inevitable”, concluyó.