El origen de una estrella musical
Natalia Lafourcade, reconocida como la artista latina con más galardones Grammy de la historia -18 en total, incluyendo 4 premios anglosajones-, ha convertido su tenacidad en uno de sus sellos distintivos. La cantante veracruzana, con más de 25 años de trayectoria discográfica, ha logrado trascender como figura clave de la música mexicana y global.
Su repertorio incluye piezas icónicas como “Hasta la Raíz” (2015) y “Nunca es suficiente” (2018), obras que reflejan su compromiso con la preservación de sonidos autóctonos de América Latina. A través de sus producciones, ha revitalizado ritmos tradicionales como el son jarocho, el bolero y la ranchera, integrándolos a la música contemporánea.
Un percance que marcó su vida
Cuando contaba con solo 6 años, un suceso inesperado cambiaría el rumbo de su existencia. Durante la celebración de su cumpleaños en un rancho, la pequeña desobedeció las indicaciones de su madre, María del Carmen Silva, quien le había prohibido acercarse a los caballos por su tamaño. “Recuerdo mucho el rancho, me acuerdo de mi mamá siendo muy estricta y diciéndome que de ninguna manera podía subirme a un caballo porque todos eran muy grandes”, recuerda la artista.
En un momento de descuido materno, Lafourcade decidió aproximarse a uno de los animales junto a una amiga. El incidente ocurrió cuando la yegua, aparentemente asustada, realizó un movimiento brusco que la dejó cerca de sus patas traseras. “El caballo se movió de lugar, se puso nervioso”, relata. “Yo estaba muy cerca de sus patas traseras y entonces…”.
Consecuencias y recuperación
El golpe dejó una herida profunda que se extendía desde la línea del cabello hasta la ceja izquierda, cicatriz visible que conserva hasta hoy. La situación requirió 18 puntos de sutura, una compleja cirugía reconstructiva y un largo proceso de recuperación que incluyó dificultades para ver, hablar y caminar. “Fue una dura recuperación. Estuve muy inflamada, confundida. Con mucha dificultad para hacer cosas, ver, caminar durante un tiempo”, confesó.
Los médicos alertaron a sus padres sobre el riesgo de posibles secuelas neurológicas permanentes. “Ellos decían: no va a poder llegar a la universidad. Con trabajo, quizás termine la secundaria o la primaria. No va a poder tener una carrera”, reveló la cantante en su conversación con BBC Outlook.
La terapia musical que transformó su vida
Ante el pronóstico reservado, su madre decidió innovar en las terapias convencionales. Aunque siguió las indicaciones médicas sobre medicamentos y ejercicios físicos, incorporó elementos musicales a las sesiones: ritmos, melodías, arpegios y escalas. “Era un aprendizaje integral, así lo recuerdo. Entrenaba el odio, pero también había movimiento y calma”, comentó.
Las sesiones terapéuticas, que posteriormente fueron validadas por especialistas, se convirtieron en una práctica constante durante su niñez. “Todo se aprendía de maneras muy lúdicas, con cuentos infantiles, que hablaban de nuestro entorno e inventábamos mi madre y yo”, explicó. Estas experiencias, junto con las visitas a un rancho llamado Rocío donde desarrollaban actividades musicales durante los trayectos, sentaron las bases para su futuro artístico.
El camino hacia la independencia artística
A los 14 años, tras su formación en la academia Black de Ciudad de México, debutó profesionalmente en el grupo femenino Twist. Durante varios años, integró esta agrupación de pop que le permitió acumular experiencia en giras nacionales. “Mi mamá estaba asustada, mi papa ni hablar y yo estaba feliz”, aseguró.
Sin embargo, el proyecto no terminaba de satisfacer plenamente sus inquietudes creativas. “Lo recuerdo como un momento de mucha vulnerabilidad. Me gustaba, pero no estaba muy segura, porque me estaba faltando tocar mi guitarra, mi música”, reconoció. Su espíritu rebelde y su deseo de expresión personal la llevaron a tomar una decisión trascendental.
A los 17 años, lanzó su primer álbum en solitario, marcando el inicio de su carrera individual. A lo largo de 25 años, ha producido 11 álbumes de estudio, se ha presentado en escenarios emblemáticos como el Carnegie Hall y ha colaborado con artistas de la talla de Gustavo Dudamel, Alejandro Sanz y Caetano Veloso.
El cierre de un círculo vital
En el año de su 40 aniversario, Lafourcade vivió un momento simbólico al reencontrarse con los caballos. “Salí con unas amigas, pero no tenía planes de subirme a un caballo, solo iba a acompañarlas. Cuando me volteo, ya estaba arriba del caballo, en un bosque junto con Triana, como se llamaba la yegua”, reveló.
Este reencuentro representó una victoria personal sobre los miedos del pasado. “Fue maravilloso. Estar cerca de los caballos me generaba mucho temor. Después de mucho tiempo, me dije: estoy lista, creo que estoy lista para esta terapia”, concluyó, cerrando así un capítulo que comenzó con una lesión y terminó convirtiéndose en el impulso que guiaría su extraordinaria carrera musical.